“Porque el SEÑOR cuida el camino de los justos, más la senda de los
malos lleva a la perdición”. Salmo 1:6 NVI
Los caminos por los cuales a nuestra vida le toca transitar para llegar
a su destino son muy variados.
Hay caminos anchos y caminos estrechos, caminos pavimentados y caminos
de tierra o granzón, caminos rectos y caminos tortuosos, caminos llanos y
caminos en pendiente, caminos largos y caminos cortos, caminos fáciles y
caminos difíciles, caminos iluminados y caminos de tinieblas, caminos con
compañía y caminos en soledad, caminos de alegría y caminos de dolor, caminos
de verdor y caminos del desierto, caminos seguros y caminos inseguros, caminos directos
y caminos extraviados, caminos mullidos y caminos rígidos, caminos del amor y
caminos de odio, caminos de juventud y caminos de vejez, caminos fríos y
caminos calurosos, caminos expeditos y caminos con obstáculos, caminos de ida y
caminos de retorno, etcétera, etcétera, etcétera.
En todo caso, siempre estaremos en algún camino con un comienzo y un
destino y aunque tengamos algunos momentos de descanso, siempre estaremos en
movimiento, voluntaria o involuntariamente, hacia adelante o hacia atrás, con
rapidez o con lentitud, pero siempre en movimiento.
A veces tendremos claro hacia dónde vamos y muchas otras veces no
sabremos qué encontraremos a la vuelta de la esquina.
Ante tanta variedad y diversidad de posibilidades es bueno contar con un
buen mapa de ruta que nos mantenga orientados para que los eventuales extravíos
y distracciones que podrían hacernos desviar de nuestro norte, no
representen mayores retrasos en nuestra jornada.
¿Estás claro acerca de tu destino?
¿Tienes un mapa que puedas consultar para salir de dudas en caso de
extravío?
¿Te encuentras atravesando grandes obstáculos y sientes que a pesar de
mantenerte en movimiento es muy poco lo que avanzas?
Si quieres conocer cuál será tu destino y de qué depende que llegues a
él, consulta el mapa de ruta que nos ha dejado Dios para que no nos
extraviemos.
La palabra de Dios te servirá de brújula para que tu avance sea
constante y firme.
No sigas dando vueltas sin sentido, busca la dirección de Dios para tu
vida.
Solo en él podrás encontrar el sendero seguro y protegido hacia tu
destino espiritual.
Amén.